sábado, 18 de junio de 2011

Borrame pero no me mates

Hace unas pocas semanas intente borrar a mi sombra con un poco de thinner. No tenía mala intención pero de verdad en ese momento pensé que simplemente ella ya no iba con mi estilo. Verán, es muy común eso de tener sombras y yo por el momento estoy cansada de lo común. Sin embargo, por más fuerte que fuera mi convicción nunca pude hacer nada, las sombras no se borran… quién lo diría.

Para mí, la imposibilidad de lograr mi cometido fue el fin del asunto pero para mi sombra la historia es otra. Ella tomó todo esto como una ofensa que debía ser pagada con la muerte y desde ese día quiere matarme. Puedo verla desde el rabillo del ojo intentando hacerme tropezar por las escaleras o empujarme desde un balcón. No creo que se de cuenta que matarme sería su final, pero así son las sombras.

Al principio no me molestó, pensé que no era más que un berrinche y que eventualmente volvería silenciosa a su pared pero ahora ya no estoy tan tranquila. Cada vez la siento más ajena, ya casi no es mía… tal vez ahora yo soy su propiedad y definitivamente quiere desecharme. No me queda más que admitir que le tengo miedo a mi sombra, pero creo que es perfectamente justificado.

3 comentarios:

Manuel Argote dijo...

buena historia

Anónimo dijo...

Me da nostalgia encontrarme con bloggers mediante una búsqueda en Google y ver que ya dejaron su espacio olvidado :( :P, saludos para ti :) algun e-mail que tengas? facebook, google+?

La chica de las gafas oscuras dijo...

Puedes encontrar mi contacto en mi perfil. Gracias por leerme.